¿Qué es? ¿Qué significa para nosotros hoy?
Pascua: deriva de la palabra hebrea “Pesaj”, significa: pasar sobre o pasar por alto.
La Pascua es una fiesta judía. Los israelitas celebran la liberación de los 430 años que estuvieron esclavos bajo el Imperio Egipcio. Esta fiesta comenzaba el día 14 del mes de Abib Onisan que es el primer mes del calendario judío y corresponde a Marzo-Abril en nuestro calendario.
La historia relata que para que Egipto dejase libre al pueblo de Israel, Dios envió plagas. La última plaga (o sea la decima) fue la muerte de los primogénitos (hijos primeros) tanto humanos como animales. No obstante Dios instituyó un Plan de salvación para que la muerte no tocara ni entrara en la casa de su pueblo.
Los hebreos debían tomar un cordero (macho de un año) sin ningún defecto, tenían que asarlo al fuego, comerlo en su totalidad, y con la sangre del mismo debían pintar o marcar los postes y el dintel de la puerta de sus casas, de ésta manera cuando la muerte pasara y viera la marca de la sangre no entraría en esta casa sino que pasaría de largo.
Luego de esto, el pueblo hebreo fue libre para irse.
En la antigüedad bajo la Ley de Moisés, se realizaban sacrificios de animales, los cuales derramaban su sangre, para que los pecados de la persona que lo ofrecía fueran cubiertos. Dios le demostró así al hombre, que alguien debía pagar (morir y derramar su sangre por nuestros pecados).
La Biblia relata que cuando Juan el Bautista vio que Jesús venía hacia él, para ser bautizado, dijo: “He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” San Juan 1:29
Ahora bien, nuestro Señor y Salvador Jesucristo, la noche que fue entregado para su posterior crucifixión, celebró la última Pascua con sus discípulos e instituyó “La Cena del Señor”, cuando después de haber cenado tomó el pan y dándolo a los suyos les dijo: “tomad comed, esto es mi cuerpo”, luego tomó la copa de vino y dijo: “bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del Nuevo Pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados” Mateo 26:26-28.
A diferencia de los ritos de la antigüedad donde la sangre de los animales tenía el poder de cubrir ante Dios los pecados, la sangre preciosa de Jesucristo tiene el poder de quitar, de borrar, de anular los pecados de toda la humanidad, es por eso que hoy no hacen falta más sacrificios porque Jesús murió ofreciéndose voluntariamente y derramando toda su sangre bendita una vez y para siempre para perdón de nuestros pecados y reconciliación con Dios el Padre.
Ahora que haz leído este folleto déjame decirte algo; ninguna persona puede salvarte, ninguna religión puede salvarte, solamente Jesucristo puede hacerlo, El dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, si no por mí” (San Juan 14:6), también dijo: “Yo soy la puerta; el que por mi entrare, será salvo” (San Juan 10:9).
Acéptalo en tu corazón como tu único y suficiente Salvador. El es la puerta de escape a tus dificultades, problemas, angustias, tristezas, depresión...
Pastor Aldo Guajardo