Doctrina del Espíritu Santo
Ministerio
Internacional Luz y Verdad
(ADAPTADO de Myer Pearlman, "Teología Bíblica y
Sistemática").
INTRODUCCIÓN
La necesidad de entender quién es el Espíritu Santo y su obra se desprende
del hecho de que él es el creador tanto de la vida física como el de la vida
espiritual y el sustentador de ambas. Sin la obra del Espíritu Santo el hombre
se encontraría imposibilitado de conocer a Dios; pues es él el que trata con el
hombre, el que ilumina la mente del hombre para entender, el que convence al
hombre de sus pecados y le da de su gracia para el arrepentimiento. El Espíritu
Santo es el creador de la Iglesia, el que la santifica, la llena de poder y la
capacita para hacer Su obra en el mundo. Ignorar, limitar o anular su obra en
medio de la Iglesia es conducirla a su muerte espiritual.
1. CONOZCAMOS AL ESPÍRITU SANTO POR SUS NOMBRES.
Al Espíritu Santo se le dan varios nombres que designan su naturaleza. El
conocerlos nos ayuda a entender su obra y actividades:
a. Espíritu de Dios (Génesis
1:2). Este nombre designa su naturaleza divina y se muestra como incorporado
con el Padre y el Hijo en todas sus actividades. ¿Por qué es divino el Espíritu
Santo?. Es divino por las siguientes razones:
1) Es identificado
con la labor creadora del Padre y del Hijo al principio de todas las
cosas (Génesis 1:1-3; Salmo 104:30).
2) Porque es fuente y dador de la vida (Job 33:4)
3) Porque realiza obras divinas como la regeneración y la resurrección.
4) Porque procede del Padre y es enviado por el Padre.
5) Porque posee atributos divinos, tales como:
a) Omnipotencia (Job 33:4).
b) Omnisciencia (Isaías 40:13-14).
c) Omnipresencia (Salmo 139:7-10).
d) Eternidad (Hebreos 9:14).
6) Se le coloca al
mismo nivel del Padre y del Hijo en la bendición apostólica y en la fórmula
bautismal. (1 Cor. 10:4-6; 2 Cor. 13:14; Mateo 28:19; Apoc.1:4)
b. Espíritu de Cristo
(Romanos 8:9). Porque es enviado en Su Nombre y su obra especial es glorificar
a Cristo (Juan 14:16).
c. El Consolador (Juan
4:16-26). Se llama a sí, porque vino a tomar el lugar de Cristo en medio de la
Iglesia. (Parakleto, gr. abogado, ayudador, consolador).
d. El Espíritu Santo de
la Promesa. Fue prometido en el A. T. (Joel 2) y Jesús lo prometió (Lucas
24:49).
e. El Espíritu Santo.
Su obra especial es la santificación del creyente.
f. El
Espíritu de Verdad (Juan 16:13). Jesús es la Verdad y el Espíritu
Santo vino para dar testimonio de la verdad y guiarnos a ella. La Palabra es la
Verdad. Fue el Espíritu Santo la que la inspiró y el que la hace real en
nuestros corazones.
g. El Espíritu de Gracia
(Hebreos 10:29; Zacarías 12:10). El Espíritu de Gracia da capacidad al pecador
para el arrepentimiento, y capacidad al creyente para soportar la prueba y
mantenerse fiel.
h. El Espíritu de Vida (Romanos
8:2; Apocalipsis 11:11). Es llamado así porque él es la fuente de la vida
física. Él es el credor y preservador, tanto de la vida física como espiritual.
i. Espíritu de Adopción (Romanos
8:15). Es llamado así, porque él es el que hace nacer al pecador a una nueva
vida, la vida de Dios. En virtud de su obra somos hechos hijos de Dios por
adopción.
2. CONOZCAMOS AL ESPÍRITU SANTO A TRAVÉS DE SUS
SÍMBOLOS.
Los símbolos son de mucha utilidad en la Biblia , pues
a través de ellos podemos conocer y entender enseñanzas espirituales que de
otra forma no comprenderíamos. Par ilustrar las operaciones del Espíritu, la
Biblia utiliza los siguientes simbolismos:
a. El fuego (Isaías
4:4; Mateo 3:11). De igual forma que el fuego quema y purifica, así también el
Espíritu Santo quema el pecado y purifica la vida del hombre.
b. El viento (Ezequiel
37:7-10; Juan 3:8; Hechos 2:2). Es llamado así porque describe la obra sereta,
silente, interna del Espíritu en el corazón del hombre, obrando en la esfera
moral transformándolo y regenerándolo.
c. El agua (Éxodo 17:6; Ezequiel
36:25; 47:1; Juan 3:5; 7:37; 7:38-39). El agua, en lo natural, satisface,
refresca y limpia, así también es al obra del Espíritu en la vida del hombre.
d. El aceite. Tanto en el
A. T. como en el N. T. se utiliza el aceite para tipificar al Espírtu Santo. El
aceite cura, suaviza, sirve de combustible para dar luz; así también el
Espíritu Santo.
e. La paloma (Mateo
3:16). El Espíritu Santo es descrito en forma de Paloma para describir su
dulzura, ternura, amabilidad e inocencia.
f. Un sello (Efesios
1:13; 2 Tim. 2:19). Así como el sello es símbolo de seguridad y propiedad, el
Espíritu Santo nos sella haciéndonos propiedad de Dios y dándonos seguridad.”
(ADAPTADO DE
Myers Pearlman, Teología Bíblica y Sistemática).
El Espíritu
Santo se revela en el Antiguo Testamento en tres formas: 1. Espíritu creador,
2. Espíritu dinámico, y 3. Espíritu regenerador.
1. Espíritu
Creador (Gén.
1:2; Job. 26:13; Salmo 33:6; 104:30).
Todo
lo que se ve y se mueve, son evidencias del poder creador y preservador del
Espíritu Santo. Todo individuo, sirva o no a Dios, es sostenido por el poder
del Espíritu Santo. La existencia del hombre es como la nota de un órgano, dura
mientras el dedo está puesto sobre la tecla. (Dan. 5:23; Hech. 17:28)
2. Espíritu
Dinámico.
Cuando
notamos el trato de Dios con Israel, nos damos cuenta que Dios levantó dos
tipos de hombres para su servicio: a) obreros y b) profetas.
a. Obreros para Dios. Ejemplos: José, (Gén. 48:38-40),
Bezaleel (Éxodo 35:30-31; Moisés (Números 11:16-17), Josué (Núm. 27:8-21),
Otoniel (Jueces 3:9-10), Samson (Jueces 13:24-25). etc. Todos estos realizaron
diferentes labores para Dios capacitados e inspirados por el Espíritu Santo,
aunque algunos fueron profetas también. En este caso realizaban dos ministerios
en forma paralela.
b. Profetas de Dios. El profeta es uno que recibe mensajes
de parte de Dios y comunica al pueblo la voluntad de Dios. En los profetas, se
manifestaban los dones de revelación, el don de la profecía y otras capacidades
más que funcionaban de acuerdo con la necesidad del momento. Era el
representante de Dios ante los hombres.
3. El Espíritu Regenerador.
Este
aspecto tiene que ver con la transformación moral del hombre. Sin embargo
podemos notar que no es revelado de una forma explícita en el A. T. A pesar de
ello vemos al Espíritu Santo asociado con la transformación de la naturaleza
humana.
a.
El trato de Dios con Israel en el desierto (Isaías 63:10-11; Nehemías
9:20; Salmo143:10).
b. En el trato con David (Salmo 51).
c.
El derramamiento general y fuente de santidad es mencionado como una
promesa futura (Ezequiel 36:25-29; Jeremías 31:33; Joel 2:28). Esta
experiencia produciría la conversión de muchos (Joel 2:32).
d. Su relación con la vanidad del Mesías. El Espíritu de Cristo
hablaba a través de los profetas vaticinando sus sufrimientos, su obra
redentora y su resurrección (1 Pedro 1:10-11).
1. Proceso de la obra del Espíritu Santo en el trato con el hombre.
a. Trae convicción de pecado (Juan 16:8:11). En este aspecto el
hombre puede ceder para su salvación o endurecer su corazón para perdición.
(Dios convence, pero no obliga).
b.
El Espíritu Santo bautiza dentro del Cuerpo al nuevo convertido (1
Corintios 12:13). En la introducción del creyente dentro de la Iglesia, el
Espíritu de Dios prosigue una obra múltiple en el corazón.
c. Procesando y desarrollando la santificación y levando la vida
espiritual del creyente (2 Corintios 7:1; 1 Pedro 2:1).
d. Produciendo los frutos del Espíritu en la vida del creyente (Gálatas
5:21-23).
El Espíritu
Santo elimina la carnalidad a medida que el creyente va cediendo a las demandas
del Espíritu en su vida. El Espíritu Santo lo atavía y adorna para el encuentro
con Cristo.
e. Dotando de poder para el servicio cristiano. El bautismo del Espíritu
Santo. (Hechos 1-2). El bautismo del Espíritu Santo es una experiencia
subsecuente a la salvación. Es la fuerza motriz que pone en actividad a todo el
Cuerpo por medio de los dones espirituales. Es para nosotros hoy también.
(Hechos 2:39).
f.
Repartimiento de los dones y concesión de los ministerios para capacitar al
creyente para hacer la obra de Dios en el mundo (1 Corintios 12;
Efesios 4:11; 2 Corintios 3:5).
c. Diferencia entre morada del Epíritu y dotación de poder
(bautismo el Espíritu Santo).
1) La morada del Espíritu Santo en el
creyente. (Juan 14:17; Romanos 8:9; 1 Corintios 6:19; 2 Timoteo 1:14; 1
Juan 2:27; 3:24; Apocalipsis 3:20; Colosenses 1:27). Al convertirnos, Dios
viene a morar de una forma especial en el corazón del creyente. Padre, Hijo y
Espíritu Santo vienen a él en una forma personal. Esto es a lo que llamamos
morada interna del Espíritu que es la característica de todo creyente nacido de
nuevo.
2) Dotación o revestimiento de poder
(bautismo en el Espíritu Santo). Hemos hablado de la labor santificadora
del Espíritu en el creyente, pero ahora trataremos de su obra vigorizadora y activa.
De esto habla Jesús en Hechos 1:8. Véanse también los siguientes pasajes: Mateo
3:11; Luc. 3:16; Joel 2:28-29; Hechos 4:31; Hechos 10:44-47; Hechos 19:1-6. El
bautismo del Espíritu Santo capacita al creyente para el servicio y el
testimonio. Nadie puede ser un testigo eficaz de Jesucristo si no ha recibido
el revestimiento de poder pentecostal. Esta obra del Espíritu es evidenciada
por la manifestación del hablar “en otras lenguas como el Espíritu da que
hable” ya sean lenguas humanas o angelicales (1Corintios 13:1)
Algunos dudan de la realidad de la persona del Espíritu Santo. Se pierden la
bendición de la comunión del Espíritu creyendo que éste solo es una fuerza
impersonal. Por qué creemos en la personalidad del Espíritu Santo:
1o. PORQUE LA MISMA BIBLIA LE ADJUDICA ATRIBUTOS PERSONALES.
A LA PERSONALIDAD SE LE ATRIBUYEN TRES ATRIBUTOS BÁSICOS: INTELECTO, AFECTOS Y
VOLUNTAD. Cualquiera cosa que tenga la capacidad para PENSAR, SENTIR, y TOMAR
DECISIONES CONSCIENTES, eso es una persona. ¿Por qué Dios es una persona aunque
es espíritu? Porque piensa, tiene afectos y tiene voluntad propia. Los ángeles
del cielo, aunque son seres espirituales (Hebreos 1:7) tienen personalidad
propia, pues tienen una mente para pensar, afectos para sentir y voluntad para
obedecer. La carencia de miembros físicos no menoscaba la personalidad, ya que
esta es una cualidad del espíritu y no del cuerpo físico. Los animales tienen
cuerpos físicos pero no son personas: ellos actúan por instintos. En relación
al Espíritu Santo, la Biblia nos revela lo siguiente:
a. El Espíritu Santo posee INTELECTO. El intelecto es un
sistema dentro de la gran estructura de la personalidad que integra actividades
tales como PENSAR, RAZONAR, MEMORIZAR, DISCERNIR, CONOCIMIENTO, SABIDURÍA, etc.
Véase Romanos 8:27; 1 Corintios 2:1. Y en Isaías 40:13 nos dice: "¿Quién
enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole, a quién pidió consejo
para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia y
le mostró la prudencia?”
b. Posee AFECTOS, o sea capacidad para sentir
emociones, motivarse. Al Espíritu Santo se le puede contristar (Efesios 4:30).
El Espíritu Santo se enoja (Isaías 63:10), ama, (Romanos 15:30), tiene comunión
con el creyente (2 Corintios 13:14).
c. Posee VOLUNTAD propia, o sea tiene la capacidad de
decidir (1 Corintios 12:11; Génesis 6:3; Ezequiel 1:12: 8:3; Hebreos 2:4. En 1
Corintios 12:11 leemos: “Pero todas estas cosas las hace uno, y el mismo
Espíritu, repartiendo a cada uno en particular COMO ÉL QUIERE” (la palabra
original, en el griego, da la idea de algo bien planeado e ideado de antemano
para llevar a efecto). Y en Hebreos 2:4 se nos dice que estas reparticiones
espirituales son hechas “según su voluntad” (la del Espíritu).
2o. PORQUE AL
ESPÍRITU SANTO LE SON ATRIBUIDAS ACTIVIDADES PERSONALES.
a. Revela (2 Pedro 1:21).
b. Enseña (Juan 14:26).
c. Atestigua (Gálatas 2:4; Heb. 5:15).
d. Intercede (Romanos 8:26).
e. Habla (Apocalipsis 2:7,11,17,29; Hechos 13:2; Marcos
1:11).
f. Ordena (Hechos 16:6-7)
g. Testifica (Juan 15:26; Romanos 8:16).
h. Contiende (Génesis 6:3).
3o. AL ESPÍRITU SANTO SE LE TRATA COMO UNA PERSONA.
a. Se le puede entristecer (Efesios 4:30).
b. Se le puede mentir (Hechos 5:2-3).
c. Se le puede blasfemar (Mateo 13:31-32).
d. Se le puede resistir (Hechos 7:51).
4o. REALIZA UNA ACTIVIDAD PERSONAL VARIADA.
a. Guía (Romanos 8:14; Juan 16;13).
b. Enseña (Juan 14:26; 1 Corintios 2:13).
c. Recuerda (Juan 14:26).
d. Prohíbe (Hechos 16:6).
e. Convence (Juan 16:8).
f. Consuela (Juan 14:16).
5to. JESUCRISTO LE LLAMA “EL OTRO CONSOLADOR” (Juan 14-15-16).
La palabra “consolador” viene de la palabra griega “parakletos” (parakletos)
cuyo significado es "abogado, una que auxilia a otro, o que está al lado
de otro para ayudarlo, consolador, ayudador". Jesús era en esos momentos
para sus discípulos su parakleto, pero al irse él, enviaría OTRO PARAKLETO,
para que estuviera con ellos para siempre. El primer parakleto (la persona de
Jesús) iba a dejar con ellos otro parakleto (la persona del Espíritu Santo).
Era una persona dejando a otra persona diferente en su lugar, no una persona
dejando una cosa en su lugar. El Espíritu Santo es ALGUIEN, NO ALGO. Si lee
detenidamente los tres capítulos que se señalan arriba se dará cuenta la
actividad personal intensa que desarrollaría el Espíritu Santo tomando el lugar
de Jesucristo.
Como
cristianos, como hijos de Dios podemos confiar de una forma personal en el
Espíritu Santo. Él es nuestro consolador, ayudador en nuestras flaquezas, ánimo
en el decaimiento, es el mismo Cristo en persona que hace real su presencia en
la persona del Espíritu Santo dentro de la Iglesia y en la vida personal de
cada hijo de Dios. El Espíritu Santo es el creador y sustentador de todas las
cosas pero también es el compañero fiel del creyente. Recuerda, hermano, tú no
estás huérfano, Jesús ha mandado el otro Consolador para que esté contigo para
siempre. El Espíritu Santo de Dios, LA TERCERA PERSONA DE LA TRINIDAD.
(ADAPTADO de
Myer Pearlman, "Teología Bíblica y Sistemática").
1. EL MAGISTERIO DEL ESPÍRITU SANTO EN LA VIDA DEL CREYENTE EN PARTICULAR.
"El
Espíritu Santo aplica la Palabra de Dios al corazón del hombre regenerado, o
sea, nacido de nuevo, iluminando su mente para que comprenda las cosas que
conciernen a la salvación y a la vida cristiana, luego de haber obrado en él
trayéndole convicción de pecado E impulsándolo al arrepentimiento. Él guía a
toda verdad mediante la obra interna de iluminación y mediante el accionar de
todos los ministerios y dones y sobre todo a través del pastor y maestro dentro
del seno de la comunidad cristiana donde ese creyente se desenvuelve. Es
por eso que los creyentes evangélicos sostenemos el derecho que tiene cada
persona, en particular, y del pueblo, el general, de poseer la Biblia en el
lenguaje de su nacimiento y en la participación activa en la edificación de la
Iglesia y la extensión del Reino de Dios. La misma Biblia enseña que el
hijo de Dios debe: (1) aprender, amar y escuchar la Palabra de Dios (La
Biblia) (Deuteronomio 4:10, 39 y 40; 6:6-9; Proverbios 2:1-15; 3:1-4; Salmos
119: 18, 33, 34, 97, 105, 169); (2) comprender la voluntad del Señor (Efesios
5:17); (3) asirse de la Palabra del Señor (Filipenses2:16) ; (4) estar lleno
del conocimiento espiritual (Colosenses 1:19); (5) usar la espada del Espíritu,
que es la Palabra de Dios (Efesios 6:17); (6) examinar las profecías (1
Tesalonicenses 5:20-21), y probar si estas son lo no de Dios (1 Juan 4:1-2)
sobre la base de la capacidad que, como hombre espiritual, el creyente tiene de
juzgar todas las cosas (1 Corintios 2:15). Los creyentes tienen el derecho de
participar en el uso de la Palabra a través de la enseñanza y la predicación de
acuerdo con los dones y ministerios que Dios le haya concedido. Analice la
siguiente secuencia de textos:
Mateo
28:19-20; Hechos 6:8,10; 8:1-4, 5; 9:18-20; 11:19-21; 17:11; Romanos 15:14;
Marcos
16:15-18 1Corintios 12 (compare con Romanos 12:3-8; Efesios 4:11-16).
Fiilpenses
1:14; Colosenses 2:16-17 (compare con Santiago 5:19-20; 1 Tesalonicenses 5:11,14;
1 Pedro 5:9-10; Judas 20-23) ¿A qué conclusión llega usted?" (Alba
Llanes)
2. LA PERSONA
DEL ESPÍRITU SANTO ES ENVIADA POR JESÚS PERMANENTEMENTE.
Su presencia
no es intermitente; no es eventual ni aparece cuando más lo necesitamos, sino
que es enviado para no irse jamás de nosotros. El nos brinda su auxilio y ayuda
de una forma constante.
3. EL ESPÍRITU
SANTO HACE MORADA EN NOSOTROS.
Él está “en
nosotros”. Son muchos los versículos que nos hablan acerca del Espíritu Santo
morando en el corazón de los hijos de Dios. Esta realidad es importantísima
para nosotros, porque el propósito de Dios es controlar nuestras vidas desde
adentro. Nosotros los ministros (aunque esta obra se extiende a todo creyente
en particular, cada uno en su orden ) que buscamos alcanzar la excelencia , que
luchamos por lograr un carácter íntegro en nosotros, que en ocasiones nos
sentimos solos sin tener a alguien que nos comprenda en nuestras luchas y
conflictos internos y externos, nos es grato estar conscientes de que dentro de
nosotros hay una PERSONA TODOPODEROSA, LA PERSONA QUE NOS CREÓ, que creó
nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestro espíritu, que nos concedió una
personalidad muy particular a cada uno con todas sus capacidades mentales,
afectivas, volitivas, que como creador comprende y entiende toda la maquinaria
complejísima de nuestro Ser, y que es Él el que se entroniza dentro de nosotros
y con su fuerza dinámica, pero consciente, toma control de nuestras vidas para
ayudarnos a lograr los objetivos espirituales.
4. PODEMOS PARTICIPAR
DE LA COMUNIÓN CONSTANTE DEL ESPÍRITU SANTO.
En el Salmo
25:14 nos dice: “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen” y en
Proverbios 3:32 se ratifica el mismo pensamiento cuando dice: “...más, su
comunión íntima es con los justos”. El apóstol Pablo nos desea “la comunión del
Espíritu” (2 Cor. 1:14). El Espíritu Santo es UNA PERSONA CON LA CUAL PODEMOS
TENER COMUNIÓN. ¿Qué comunión? El entender la palabra comunión nos ayudará a
apreciar y gozar al máximo de esta experiencia. En la comunión se aprecian dos
aspectos: comunicación y correspondencia.
“Comunicar, es
transmitir algo. Como el imán que comunica sus propiedades al hierro” (Dic. de
la Lengua). En la “comunión del Espíritu”, éste nos comunica sus propiedades
espirituales a nuestro espíritu. Nos transmite su amor, su santidad, su
capacidad, su poder, su consuelo, su santidad, su unción, su TODO, sus grandes
posibilidades. En esta comunicación nos transmite la verdad de Su Palabra,. Nos
transmite la vida, la visión, su celo por su obra, su pasión por el trabajo y
¡Cuántas cosas más!.
Pero en esta
comunicación, hay correspondencia, porque no solo el Espíritu Santo tiene
comunicación con nosotros, sino que también la tenemos con él. Por esto le
correspondemos, y aunque muy poquito con relación a lo que Él nos da , sin
embargo, como respuesta le brindamos nuestro amor, nuestro cuerpo para que sea
Su templo, le brindamos las posibilidades de que él sea Dueño y Señor de
nuestras vidas; le permitamos que él viva su vida a través de nuestras vidas;
que Su Espíritu sature nuestro espíritu , haciendo real una amistad tan
estrecha, calificada como “íntima” por la palabra.
5. LA COMUNIÓN
DEL ESPÍRITU ES CULTIVABLE, POR LO CUAL TRAE FRUTOS PERMANENTES.
Recordemos que
todo lo que se cultiva necesita el abono necesario para su desarrollo,
crecimiento y fructificación; como también necesita la eliminación de elementos
que tiendan a afectar el cultivo.
Para cultivar
y mantener la COMUNIÓN CON EL ESPÍRITU, éste tiene que encontrar corazones
limpios de impurezas , acondicionado con actitudes correctas de humildad, amor,
justicia y santidad. Lo mejor del caso es que él mismo te ayuda a acondicionar
el terreno y te ayudará a cultivarlo. Él está interesado en esta tarea y Él te
ayudará a lograr buenos frutos.
1. EL ESPÍRITU SANTO Y LA VIDA DE ORACIÓN (Efesios 6:18).
Pablo escribe a los Romanos diciéndoles: “De igual manera el Espíritu nos
ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de pedir como conviene no lo
sabemos, pero el mismo Espíritu intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Pero el que escudriña los corazones, sabe cual es la intensión del Espíritu,
porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos” (Romanos
8:26-27).
a. El Espíritu Santo ha sido enviado para ayudarnos en nuestra debilidad.
Pero note que la debilidad no es de carácter físico, sino debilidad espiritual,
anímica, que nos imposibilita orar con libertad y conciencia de lo que pedimos.
b. El Espíritu nos ayuda a encausar la oración. En medio de
la aflicción de la prueba, cuando las palabras faltan y cuandonuestra mente
queda limitada en nuestra búsqueda de Dios, el Espíritu toma nuestro lugar, y
en el idioma de Dios, “intercede” a nuestro favor.
c. El Espíritu Santo interpreta la voluntad de Dios para
nosotros. Dios escudriña el corazón y conoce las intenciones del Espíritu
Santo en nosotros. Esa actividad combinada, entre Dios Espíritu Santo y Dios el
Padre, actuando en unidad cooperativa, actúan haciendo que la voluntad de Dios
sea una realidad experimental por medio de la respuesta precisa de la oración.
La oración en
el Espíritu, es el ideal de Dios (Juan 4:23;Juan 14:14; Efesios 6:18), solo
cuando somos capaces de levantarnos de los planos bajos de la mediocridad
espiritual y ascender, con conciencia, a los planos altos del Espíritu, es que
podemos hacer que nuestra oración cambie realmente las cosas.
2. EL ESPÍRITU
SANTO Y LA PALABRA.
(Tomado
de "Introducción al Estudio de la Biblia", por Alba Llanes).
“Toda
escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin que el hombre de Dios sea perfecto,
enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16) (Véase
también 1 Pedro 1:10 al 12).
La Biblia es “la espada del Espíritu”.
"1o.
Análisis del texto bíblico. 2 Timoteo 3:14-17; 2 Pedro 1:19-21. ¿Qué señalan
estos pasajes?
“TODA LA ESCRITURA ES INSPIRADA POR DIOS...”
“LOS SANTOS HOMBRES DE DIOS HABLARON SIENDO INSPIRADOS POR EL ESPÍRITU
SANTO”
"Análisis
textual:
1o. La palabra
griega que se usa en estos pasajes y que se traduce como “inspiración” es
“theopneustos” (teos: Dios; pneustos: soplo, viento, espíritu), que significa
literalmente “soplo de Dios” o “respirando hacia afuera por Dios”.
2o. La frase
“toda Escritura” significa que todas y cada una de las partes que componen la
Biblia fueron inspiradas por el Espíritu Santo. Algunos críticos de la Biblia
aducen que el original griego que la construcción de la frase es “Toda
Escritura” y no “Toda la Escritura”, pero todos los exegetas de la Biblia señalan
que la construcción griega es equivalente a la frase “Toda la Escritura”, en
castellano. Otros sostienen que en el momento en que estas palabras fueron
escritas, todos los libros del N. T. no se habían escrito, y que por lo tanto
dicha sanción no tiene efectos sobre esto. Nosotros nos preguntamos: “El mismo
Espíritu que habló, refiriéndose a los libros ya escritos, fallaría en el hecho
de no sancionar también aquellos que faltaban por escribir? *
* En ocasiones
los escritores escribieron mucho tiempo después de haber recibido la
revelación( ver, por ejemplo, Jeremías 36:2, 32,; 1 Juan 1:1-4). En otras , los
escritores escribieron luego de una minuciosa investigación histórica y el
Espíritu Santo los fue guiando a elegir y plasmar los registros verdaderos (por
ejemplo, el evangelista Lucas). Además no hay ninguna razón objetiva para
excluir los registros posteriores reconocidos como canónicos por la Iglesia.
Ellos son “Escritura inspirada” también.
"¿A qué
conclusión llegamos? Desde el punto de vista bíblico, LA INSPIRACIÓN ES EL ACTO
MEDIANTE EL CUAL EL ESPÍRITU SANTO DE DIOS TOMÓ POSESIÓN DE LA MENTE Y EL
ESPÍRITU DE LOS ESCRITORES Y LES GUIÓ A HABLAR Y ESCRIBIR EL MENSAJE QUE DIOS
TENÍA PARA LOS HOMBRES, PRESERVÁNDOLES DEL ERROR, AÚN CUANDO UTILIZÓ EL ESTILO
PROPIO DE CADA UNO (Teoría de la inspiración plenaria).
¿Qué significa
esto?
1o. La Biblia no tiene errores (inerrancia)
2o. La Biblia o se equivoca (Infabilidad)
La Biblia es exacta en todas y cada una de sus partes; es INERRANTE. No
contiene errores. Es INFALIBLE, como su propio autor, el Espíritu Santo de
Dios.”
El magisterio del Espíritu
Santo en la vida de la Iglesia o congregación de creyentes, en general. Por Alba Llanes.
"El Espíritu Santo opera a través de los dones y ministerios que él
reparte entre los integrantes de la misma (Ver. Efesios 4:11-16; Romanos
12:4-9; 1 Corintios 12). Mediante la operación y actividad de los mismos, cada
miembro es edificado, la Iglesia toda se edifica y el Reino de Dios es
extendido.
"Existe
una estrecha interrelación entre el accionar de los dones y ministerios dentro
de la Iglesia y la Palabra de Dios ya que aquellos deben estar siempre
regulados y en dependencia de ésta, que es el fundamento seguro y brújula
orientadora pues es, que marca el objetivo real de ellos dentro de la Iglesia
(2 Pedro 1:19) mediante ella que el Espíritu Santo de Dios establece las pautas
de fe, doctrina y práctica de la Iglesia. Es por esto que el Juez Supremo en
toda controversia de fe y doctrina es el Espíritu Santo de Dios, quien a través
de la propia Palabra arroja luz sobre diferentes cuestiones e ilumina a los
creyentes para comprender aquellas cosas que son de difícil comprensión.
"Debemos
insistir en el hecho de que el Espíritu Santo actúa en medio y a través de
personas nacidas de nuevo, regeneradas, en las que habita el propio Espíritu de
Dios. Personas con una naturaleza espiritual activada que son capaces de
comprender “las cosas del Espíritu”. Estas personas son las que componen el
Cuerpo místico de Cristo, la verdadera Iglesia, que no se aviene a llamarse con
el nombre de una institución determinada de carácter humano. Es el conjunto de
estas personas, en las que el Espíritu habita y que ilumina y que la aceptación
de dones y ministerios, llega a comprender la verdad de Dios. (Ver Hechos 15).
"De
hecho, la Biblia señala variadas cosas en que se observa la actividad coordinada
del Espíritu Santo y los creyentes en el acto de descubrir la verdad de Dios
referente a doctrinas y práctica. Por esta razón, la primera y principal regla
de interpretación bíblica que señala que se debe escudriñar la misma Biblia
para determinar la veracidad de la doctrina. Esta regla fue observada por el
propio pueblo de Israel. Tal y como hemos escuchado, Dios dejó establecido en
el A. T. la prueba del ministerio profético a fin de que los israelitas
tuvieran una guía segura a la hora de establecer sus leyes y creencias. (Vea )
. Sabemos que en Israel se dirimían las cuestiones legales y doctrinales
tomando como base la Palabra de Dios. El mismo Señor Jesús enseñó que los
escribas y fariseos escudriñaban las Sagradas Escrituras para entender cuestiones
relacionadas con la vida eterna. (Juan 5:46).
"En el N. T. observamos a los judíos de Berea escudriñando con toda
solicitud las Escrituras, para constatar la verdad del Evangelio que se les
anunciaba. (Hechos 17:11). El Apóstol Juan dejó una serie de instrucciones para
que los propios creyentes detectaron la intromisión de espíritus de error
dentro de ellos. (1 Juan 4:1-2)”.
El
Espíritu Santo en la Evangelización
“Recibiréis
poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos
en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra” Hechos
1:8
“…pero
si yo me voy, os lo enviaré (al Espíritu Santo) y cuando él venga convencerá al
mundo de pecado de justicia y de juicio” Juan 16:8
El
Espíritu Santo es el que hace posible la conversión del hombre pecado a Dios.
Absolutamente nadie puede convertirse al evangelio sin la asistencia y
operación del Espíritu en su vida.
1o.
Él lleva la Palabra al corazón del hombre. La Palabra, cual semilla es sembrada
por el hombre y el Espíritu Santo la hace germinar.
2o. El
Espíritu Santo convence de pecado al pecador. El hombre no arrepentido se cree
bueno y justo. Aún, aquellos que reconocen su pecado no están, por sí mismo, en
capacidad para el “arrepentimiento según Dios”. El Espíritu Santo no solo
convence, sino que da la suficiente gracia para que el hombre pueda
arrepentirse.
3o. El
Espíritu Santo pone en capacidad al creyente para predicar la palabra con
poder. Fíjese que Jesús define claramente la finalidad del Bautismo del
Espíritu: “Ser testigos” ante el mundo.
4o. La obra de
evangelización dentro de las naciones paganas que nunca han escuchado el
evangelio y nada de Jesucristo, son capaces de creer, porque es el Espíritu
Santo, como el agua para el sediento, el que satisface la necesidad espiritual
a través de la palabra predicada con poder.
1. EL ESPÍRITU SANTO EN EL ACTO
DE LA RESUCRRECCIÓN.
“Y si el Espíritu de aquél que levantó de los muertos a Jesús está en vosotros,
el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros
cuerpos mortales por su Espíritu que está en vosotros” Romanos 8:11
a. La resurrección de Jesús. “Esta fuerza operó en
Cristo Jesús resucitándole de los muertos” (Efesios 1:20). En la
resurrección de Jesús intervino toda la plenitud de la Deidad, Padre, Espíritu
Santo y el mismo Hijo (Juan 2:19; Juan 10:18; Hebreos 13:20; Efesios 1:20;
Romanos 8:11).
En
este acto, el Espíritu hizo posible algunas cosas:
1o.
Levantó a Cristo de entre los muertos. El Espíritu de vida entró en el cuerpo
de Jesús contrarrestando el poder de la muerte levantando a un Cristo
victorioso sobre el diablo, el mundo, y la muerte (Efesios 1:21 y 22).
2o.
Le restauró a Cristo la autoridad y posición ante todos los seres del Universo “sentándolo a
Su derecha en lugares celestiales sobre todo principado, autoridad, poder y
señorío” (v.
21).
3o.
Sujetó todas las cosas bajo sus pies. Fue colocado “sobre todo nombre que se
nombra que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero” vs.
21 y 22
4o. Hizo posible que la Iglesia compartiera, junto con él, de esa autoridad
que le capacitaría a la Iglesia para hacer su labor en el reino de las
tinieblas. “Lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia” (v. 22).
5o. Constituyó a la Iglesia como Cuerpo de Jesucristo, como “la plenitud de
aquél que todo lo llena en todo”.
b. La resurrección de los justos.
El Espíritu
Santo, en el acto de la resurrección de los justos, tomó como modelo la
resurrección de Jesús, proyectando los mismos efectos en la vida del creyente.
(1 Corintios 15). El Espíritu Santo infunde vida e inmortalidad a nuestros
cuerpos que, a causa del pecado, estaban sujetos a la corrupción. Una
ilustración de este acto lo podemos apreciar en Ezequiel 37 cuando el Espíritu
de Dios, en su capacidad dinámica y vital impacta la materia muerta volviéndola
a la vida.
2. EL ESPÍRITU SANTO
PROYECTADO EN LA ETERNIDAD.
“Si
alguien tiene sed, venga a mi y beba. El que cree en mi, como dice la
Escritura, se su interior brotarán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu
que habían de recibir los que creyeran en él…” (Juan
7:38-39).
El
Espíritu Santo es enviado a la vida del creyente no solo para hacer real la
comunión con Padre y el Hijo aquí en la tierra. Sino que, sin limitaciones de
ninguna clase, el Espíritu perfeccionará en toda la su plenitud la eterna
comunión de los hijos de Dios entre ellos y con Dios. Toda la bendición
participada aquí en la tierra no se comparará con toda la gloria que el
Espíritu traerá a Sus hijos cuando estemos en Su presencia por toda la
eternidad.